Los módulos de interfaz son componentes de circuitos especializados que facilitan la comunicación entre diferentes partes de un sistema electrónico o entre varios sistemas. Estos módulos actúan como traductores o puentes, asegurando que las señales o datos puedan intercambiarse en un formato compatible. Sus funciones principales incluyen conversión de señales, adaptación de protocolos de datos y, en ocasiones, aislamiento eléctrico para proteger componentes sensibles de altos voltajes o corrientes. Los módulos de interfaz son cruciales en sistemas donde los componentes hablan diferentes "lenguajes" electrónicos, como entre microcontroladores y dispositivos periféricos como sensores, memoria o equipos de comunicación.
Estos módulos encuentran un uso generalizado en una variedad de aplicaciones, incluyendo automatización industrial, donde podrían convertir señales de sensores para que sean comprensibles para los sistemas de control, o en electrónica de consumo, asegurando que los dispositivos puedan comunicarse sin problemas entre sí a través de redes como USB, Ethernet o protocolos inalámbricos. Se caracterizan por su compatibilidad con estándares de comunicación específicos, su bajo consumo de energía y, a menudo, su pequeño tamaño físico para caber en dispositivos electrónicos cada vez más compactos. Algunos fabricantes destacados de módulos de interfaz incluyen Texas Instruments, Maxim Integrated y Analog Devices, entre otros.