Un sensor de choque es un tipo de dispositivo diseñado para detectar y responder a un choque o impacto. Su función principal es alertar a un sistema o usuario cuando se detecta un evento inesperado, como una sacudida o vibración repentina. Estos sensores funcionan utilizando una variedad de tecnologías, incluidos materiales piezoeléctricos, galgas extensométricas y acelerómetros, que generan una señal eléctrica en respuesta a un impacto físico. A menudo se utilizan en industrias que requieren monitoreo de impactos o vibraciones, como la automotriz, la manufactura y la electrónica, y ofrecen datos críticos para garantizar la seguridad e integridad de equipos, estructuras y bienes.
Cuando se usan en aplicaciones específicas , un sensor de impacto puede proporcionar instrucciones cruciales para la acción. Por ejemplo, en un accidente automovilístico, puede desencadenar el despliegue de bolsas de aire. En entornos industriales, puede detener el funcionamiento de una máquina si se detecta una vibración o choque anormal, lo que reduce posibles daños o peligros. Las principales características de los sensores de impacto incluyen su sensibilidad, rango de detección y tiempo de respuesta. Dependiendo de su diseño, pueden detectar fuerzas diminutas o de alto impacto y responder en fracciones de segundo. Entre los fabricantes de sensores de impacto de renombre se incluyen TE Connectivity, Honeywell, Bosch y Murata, que ofrecen una variedad de productos personalizados para diferentes escenarios de uso, necesidades de rendimiento y consideraciones de costos.