Las unidades de estado sólido, comúnmente conocidas como SSD, son una solución de almacenamiento moderna que está reemplazando rápidamente a las unidades de disco duro (HDD) tradicionales en entornos electrónicos tanto personales como profesionales. La función principal de un SSD es almacenar datos de forma persistente, lo que significa que la información permanece guardada incluso cuando no hay energía. A diferencia de los HDD que utilizan piezas mecánicas móviles para leer y escribir datos, los SSD emplean memoria basada en flash, lo que los hace más rápidos, confiables y resistentes a los golpes físicos. Los SSD suelen caracterizarse por su velocidad, lo que reduce significativamente el tiempo que lleva iniciar una computadora, iniciar aplicaciones y transferir archivos. Además, al no tener partes móviles, los SSD funcionan silenciosamente y son más eficientes energéticamente, lo que mejora su idoneidad para dispositivos móviles y portátiles, donde la duración de la batería es crucial.
Los usos principales de los SSD abarcan varios dominios, desde tareas informáticas cotidianas, como ejecutar sistemas operativos y juegos, hasta exigentes aplicaciones de nivel empresarial que requieren un rápido acceso y procesamiento de datos. Los SSD vienen en varios factores de forma y capacidades para satisfacer diferentes necesidades, desde opciones compactas para portátiles ultradelgadas hasta unidades más grandes diseñadas para uso en servidores. Algunos fabricantes conocidos de unidades de estado sólido incluyen Samsung, Western Digital, Kingston, SanDisk y Crucial.