Una interfaz hombre-máquina (HMI) es una interfaz de usuario o panel de control que conecta a una persona con una máquina, sistema o dispositivo. Si bien tradicionalmente se asocian con sistemas de control de procesos y fabricación, las HMI prevalecen en muchas áreas, como quioscos interactivos, paneles de control para maquinaria pesada e incluso en el campo médico para diagnóstico. Las funciones principales de una HMI incluyen la visualización de los procesos de la máquina, la entrada y ajuste de parámetros operativos y el monitoreo del estado y el rendimiento del sistema. Estas interfaces están diseñadas para presentar información de una manera clara e intuitiva, lo que permite a los operadores controlar sistemas complejos con facilidad y, a menudo, incluyen pantallas táctiles, botones pulsadores y pantallas gráficas.
En aplicaciones prácticas, las HMI son cruciales en facilitando la interacción entre operadores humanos y sistemas de automatización industrial. Sirven para optimizar las operaciones, mejorar la productividad y minimizar el potencial de error. Las características de una buena HMI incluyen facilidad de uso, alta confiabilidad, procesamiento de datos en tiempo real y personalización para satisfacer las necesidades específicas del usuario. Como mediadores entre los usuarios humanos y las máquinas, a menudo ofrecen funciones como alarmas, gráficos de tendencias e informes detallados que ayudan en la toma de decisiones y la eficiencia operativa. Entre los fabricantes destacados de interfaces hombre-máquina se incluyen Siemens, Schneider Electric, Rockwell Automation, Omron y Mitsubishi Electric, cada uno de los cuales ofrece una gama de soluciones adaptadas a diversos requisitos industriales.